¡Las citas de juego no son solo para niños! Cómo recordar la esencia de la diversión

Los niños son expertos en elegir sus momentos para jugar…

¿Qué tal por la mañana, justo cuando sale el sol y acabas de abrir los ojos? ¿O cuando te sientas a tomar la primera taza de café? ¿Podría ser cuando te entregan las compras semanales? ¿Y cuando vas a tomar esa importantísima llamada del trabajo?

Entendemos que no siempre es fácil encontrar formas de interactuar con tu peque. Con nuestras ajetreadas agendas, que nos obligan a hacer verdaderos actos de malabarismo con los niños, el trabajo y las tareas domésticas, dedicar tiempo (y energía) a jugar parece algo imposible de lograr. Pero encontrar momentos para jugar también es crucial para la relación con tu peque (¡y también puede mantenerte joven de corazón!).

Los niños son creativos por naturaleza y, si se les da el tiempo, el espacio y los medios para expresarse, pueden inventar los juegos más extraordinarios. No obstante, algunos pueden ser también totalmente agotadores. Como cuando garabatean todos los libros con bolígrafos rojos jugando a “la escuelita”… o descongelan el refrigerador buscando chícharos para hacer unas maracas caseras.

Una cosa es cierta: ¡no te prometemos que tendremos todas las respuestas! Pero sabemos que lo que más quiere tu peque de ti es TIEMPO. Y los bricks LEGO® son tu solución perfecta para entretenerlo, distraerlo, interactuar, ¡y JUGAR con él!

Si te recuestas en el suelo a su lado solo unos minutos antes de ir a la escuela, después de esa larga llamada de trabajo o antes de la hora del baño, tendrás la invaluable oportunidad de participar en el juego convirtiendo estos coloridos bricks en castillos y rascacielos, aviones y submarinos.

Aprenderá a reconocer el inconfundible sonido de una caja de bricks vaciándose sobre la alfombra como una señal de que le dedicarás tiempo para estrechar vínculos y compartir su emoción.

Al trabajar hombro con hombro para que sus creativos diseños cobren vida, quizá no veas todo lo que tu peque ve, pero hay algo seguro: no podrás dejar de percibir la magia y emoción del momento. Eso es lo más parecido a sentirte como un niño otra vez, y es una de las formas más sencillas de establecer y fortalecer la conexión con tu retoño.