Beneficios de los videojuegos para los peques
¿Alguna vez has deseado que tus peques dejaran de jugar con la consola y se pusieran a leer un libro?
Lo entendemos.
Te preocupa el tiempo que pasan frente a la pantalla, tienes miedo de los posibles contenidos inadecuados y te inquieta que los videojuegos puedan afectar su desempeño académico.
A pesar de su enorme popularidad, los videojuegos suelen generar escepticismo.
¿Pero qué pasaría si te dijéramos que los videojuegos ofrecen ventajas que compensan de sobra tus preocupaciones?
Por supuesto que apoyamos tus inclinaciones literarias. Pero no debemos pasar por alto el hecho de que los videojuegos pueden resultar beneficiosos para los niños de muchas maneras, tal como veremos a continuación.
No obstante, antes de adentrarnos en los aspectos positivos de los videojuegos, vamos a desmentir rápidamente uno de los principales mitos que los rodean:
“¡Los videojuegos solo son entretenimiento sin sentido!”.
Parece un buen punto de partida. Porque, en efecto, los videojuegos suelen ser muy entretenidos, pero también pueden ser potentes herramientas para el aprendizaje y el desarrollo personal. A pesar de que algunos contienen escenas explícitas y violentas, también es posible encontrar juegos que ofrecen experiencias educativas, como LEGO Smart Dash.
De hecho, muchos de los efectos negativos que se atribuyen frecuentemente a los videojuegos son consecuencia del uso no regulado o del tiempo excesivo frente a la pantalla. En nuestro artículo sobre cómo establecer límites saludables en relación con los videojuegos abordamos cómo puedes supervisar y gestionar estos aspectos.
Ahora, luego de haber roto algunos estereotipos, centremos nuestra atención en los beneficios que los videojuegos pueden aportar a tu peque (siempre que se usen de forma responsable).
Beneficios cognitivos
A medida que los niños se familiarizan con escenarios de juego complejos, desarrollan habilidades de pensamiento crítico que pueden aplicar a situaciones del mundo real. Muchos videojuegos exigen que los jugadores recuerden reglas, personajes e historias, poniendo a prueba la capacidad de los niños para retener y recordar información. Por último, aunque no menos importante, los videojuegos se basan en tareas u objetivos, lo que puede servir para potenciar enormemente sus niveles de concentración.
