Por qué diseñé Todo el Mundo es Increíble Matthew Ashton
El punto de partida de este proyecto fue mi sensación de que, como sociedad, podemos esforzarnos más por mostrarnos apoyo y por entender y apreciar la diversidad. Como persona LGBTQIA+, sabía que tenía que dar un paso al frente y hacer pública una rotunda declaración sobre el amor y la inclusión, y, en general, enviar un poco de amor LEGO® a quienes lo necesiten. Nuestro modelo de conducta son los niños y precisamente ellos acogen a todo el mundo al margen de sus circunstancias, algo a lo que todos deberíamos aspirar.
La representación es muy importante. Crecí en los 80 y se veía claramente que era un niño gay. Por entonces, ser gay generaba mucho rechazo; en mi caso, además, mi adolescencia coincidió con la fase más dura de la crisis del sida, y la situación no podía ser más abrumadora y atemorizante.
Como de pequeño era bastante afeminado, algunos adultos de mi entorno me decían constantemente con qué podía jugar y con qué no, que debía comportarme como un “niño de verdad” y aprender a ser fuerte. Trataban de convencerme de que abandonara las actividades que me resultaban más naturales. Creo que la intención de la mayoría de esos adultos era protegerme y evitar que sufriera acoso, pero yo nunca tuve problemas con los otros niños de la escuela. Aquello me ha afectado de muchas maneras: no puedo negar que fue agotador y mermó mi confianza.